Un Centro Educativo Terapéutico (CET) es un centro que tiene por objetivo la incorporación de conocimientos y aprendizajes a través de enfoques, metodologías y técnicas de carácter terapéutico.
Estas metodologías pueden incorporar, reformuladas pedagógicamente, recursos extraídos del campo terapéutico; por lo cual, el equipo profesional que las investigue, produzca y aplique, tendrá una composición y conformación que permita ese abordaje.
El CET está dirigido a personas con discapacidad que presentan restricciones importantes en la capacidad de autovalimiento, higiene personal, manejo del entorno, relación interpersonal, comunicación, cognición y aprendizaje.
El Centro requiere criterios de estructuración que, atendiendo al déficit mental, contemple también las diferencias que aparecen según el mismo esté asociado a otro déficit sensorial, motor y/o comorbilidad psíquica.
¿Quiénes son los beneficiarios directos de un CET?
Fundamentalmente se benefician del mismo personas con discapacidad mental (psicóticos, autistas), lesionados neurológicos, paralíticos cerebrales, multidiscapacitados, etc., es decir, todas aquellas personas con discapacidad que tienen trastornos en la comunicación, en la percepción o en la afectividad y no pueden incorporar conocimientos y aprendizajes sin un encuadre terapéutico.
Los beneficiarios de este tipo de prestación poseen:
a) Trastornos generalizados del desarrollo, esquizofrenia y otros trastornos psicóticos (de acuerdo a los criterios diagnósticos del DSM-IV y CIE-10).
b) Personas con discapacidad motora con compromiso intelectual de grado moderado, severo y profundo.
c) Personas con discapacidad motora con trastornos sensoriales y/o de la comunicación, asociados a déficit intelectual.
La situación en Argentina
En Argentina existen en la actualidad varios Centros Educativos Terapéutico para niños, no así para Jóvenes adultos.
Ante tales carencias en la sociedad, Fundación Prisma, a través de un esfuerzo de varias familias y ayuda de empresas y del Gobierno de la Ciudad, está trabajando en la obra del primer CET para jóvenes adultos mayores de 21 años, para que personas con parálisis cerebral puedan seguir desarrollando el máximo de su potencial, sin tirar por la borda años de formación y superación.
En este tipo de proyecto, lo más importante es el aporte que este tipo de iniciativas genera en la sociedad tota. A través de una mirada integradora, la sociedad logra superarse a sí misma: pasa de no ser tolerante con las diferencias a encontrar el ellas un enriquecimiento de sus propios aprendizajes.